El nombre de la empresa es su proa, su escaparate, el neón luminoso… y quizás la única oportunidad que tenga para que un posible cliente llame, entre o le oiga.
Si quiere elegir entre varias propuestas de nombres que, además de no estar registrados, sean hermosos, sugerentes, atinados y convertibles en un luminoso logotipo, aquí estamos.
Pues buscamos un sofá o un sillón cómodo, mullido, aireado, luminoso, con silencio o música apropiada (la alternancia de Wilco y Miles Davis nos funciona muy bien), y perdemos la mirada en el infinito pensando en lo que nos ha dicho usted, el cliente.
Bien, bromas (relativas) aparte, nos reunimos con usted para saber qué desea, qué le gusta, su punto de destino empresarial. Nos pertrechamos con el diccionario de la Academia, el de sinónimos, el de antónimos, el de palabras conexas; repasamos a la competencia…
Por supuesto comprobamos que el nombre no está ya reservado. Podemos hacerlo en el registro de la propiedad intelectual, o bien a efectos de dominio de internet.
Si desea que un logotipo acompañe al nombre, o bien convertir a este en el logotipo tal y como acostumbran a hacer ahora las grandes empresas (BBVA por ejemplo), disponemos de diseñadores que le ofrecerán varias alternativas.
Veamos una opción sencilla: nos reunimos y nos lo cuenta todo. A qué se dedica su empresa, por qué la creó, que espíritu la impregna, los sueños que cobija en su corazón…
Igualmente puede tratarse de una Fundación, de un Plan concreto a desarrollar por su empresa, o de ponerle nombre a un producto. Si lo vemos necesario visitaremos las instalaciones. Asimismo nos darán información -si disponen- de su segmento de mercado, sus clientes, sus futuros clientes… etc.
Tras ello nos retiraremos a estudiar la información, repasar a la competencia de su empresa o producto, y finalmente pensar -con la música, el sillón, libros, diccionarios y todo eso que ya hemos contado.
Les llamaremos y les diremos que se nos han ocurrido dos nombres. Buenos nombres, evocadores, ajustados a sus pretensiones, inexistentes hasta ahora.
Para esto último garantizamos que el dominio de internet está libre. Además, comprobamos en la Oficina Española de Marcas y Patentes su disponibilidad. Si desea este extra, hacemos los trámites para registrar la marca y el nombre comercial. Son cosas diferentes: la marca es el nombre o logotipo con el que se distinguirá en el mercado, y el nombre comercial es el que usa la empresa para distinguirse de otras empresas.
Nos volveremos a ver y le explicaremos nuestras propuestas.
Esto tiene un coste de 250 euros.
También podemos afinar resultados con una opción completa mediante otros dos servicios: un test de idoneidad, mediante el cual probamos nombres entre personas que son público objetivo para su empresa, para comprobar cuál gusta más a esos potenciales clientes. Y además, si los dos nombres propuestos no le han gustado, seguimos trabajando para presentarle otros dos más.
Esto tiene un coste de 400 euros.
Opciones hay muchas más, y sus costes son variables. Esto es pura creación, y por tanto nos gusta llegar al éxito. No hay nada como el éxito, pero eso lo sabe usted igual de bien que nosotros.
Gente de letras y de la comunicación. Periodistas, escritores, comunicadores. Y diseñadores fanáticos de la creación, de imaginar volúmenes, texturas y colores; nuevas familias de letras o juegos visuales combinativos.
El jefe del equipo es Jorge Molina, escritor y periodista, incansable hasta ser cansino y/o aburrido. En otras ocasiones ocurrente, y experto en comunicación.
– El CAAE, el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica quería cambiar 20 años después. Quería crecer (ya eran un gigante en todo caso), ampliar sus servicios, ser internacionales también en el nombre, diseñar otro logotipo… lo querían todo ¡claro que sí! Y con absoluto acierto pensaron que necesitaban una proa, un nuevo nombre para, por qué no decirlo, abandonar algo tan poco eufónico como caae.
Le dimos mil vueltas, porque esto nos gusta, y finalmente centramos el esfuerzo en la palabra valor. En dos de sus acepciones: mérito, virtud, importancia, pues lo ecológico sin duda tiene mayor cantidad de ello; y asimismo valentía, la que hay que tener para lanzarse en este ámbito.
Días después nació Ecovalia, a la que además se le diseñó un logo que resume certificación ecológica en un solo vistazo.
– La Fundación Savia por el Compromiso y los Valores nació para fomentar la participación efectiva en la vida pública de la sociedad civil, el aporte de ideas en positivo y la construcción de una sociedad con principios de valores, de unión, de compromiso. El nombre que creamos vincula el origen agrario de sus fundadores (el jugo vegetal, la savia, lo representa); el carácter de inteligencia y sabiduría de años de sus líderes, entre ellos Paco Casero, que aporta la fonética de ‘savia’ respecto a ‘sabiduría'; junto a la viveza y el aporte de alimentos, contenidos, valores, que sugiere la circulación de este fluido.